Traducido de: Migne, J. P. (1886). Patrologia græca TOMUS II. Ramos Editore.
Fragmentos de Matías
(De Clemente de Alejandría, Strom. lib. II, cap. 9; lib. III, cap. 4; Opp. tom. I, ed. Venet. 1757, in-fol.)
I
El comienzo de esto (del conocimiento de la verdad) reside en maravillarse de las cosas, como dice Platón en el Teeteto y como exhorta Matías en las Tradiciones : "Admira lo presente", y lo pone como fundamento del conocimiento trascendente.
II
Por lo demás, también se dice que Matías enseñó así: combatir la carne y menospreciarla, sin conceder ninguna licencia al placer, sino a fortalecer el alma con la fe y el conocimiento.
Nota
Es antigua la tradición de que el apóstol Matías mandó a maravillarse por lo presente, y por esto, llevarnos gradualmente a un conocimiento trascendente, es decir, divino, según lo que dice Clemente de Alejandría en el segundo Stromata. Además, porque la misma palabra θαυμάζειν no solo significa maravillarse, sino también aprender , y ser discípulo , como enseñan los gramáticos y entre ellos Hesiquio, el apóstol quería que, como si fuéramos aprendices y estudiantes de estos maestros y doctores, avanzáramos en el conocimiento de Dios, y así, como en una especie de juego y escuela de contemplación divina, permanecer en esta universidad de las cosas. Es común en el uso de todos los escritores y en el habla común lo que aquel gran predicador Antonio predicaba: que este mundo es un gran libro en el que, como de la mano de expertos en antigüedades, las letras más hermosas describen las obras del autor. En la belleza del cielo y de la tierra (dice el autor de la Epístola a Demetrias, que está entre las Ambrosianas 33): hay algunas páginas, siempre visibles para todos los ojos y nunca en silencio, cuya declaración imita la enseñanza de los maestros y las palabras de las Escrituras . Y, como escribe Facundo de Hermia en el libro XII: así como se nos han dado palabras para la significación de las cosas, así el Dios todopoderoso, a cuyo poder están sujetas todas las cosas y cuya sabiduría conoce singularmente cómo adaptar los movimientos voluntarios de los ignorantes para el uso de la enseñanza, significa cualquier cosa que quiera, como una obra creada . Por lo tanto, para concluir con las palabras de Agustín, del mismo modo que, si inspeccionáramos un hermoso escrito en alguna parte, no nos bastaría alabar la mano del escritor, porque formó las letras parejas, iguales y elegantes, si no leyéramos también la información que nos transmitió por medio de esas letras; así, el que se limita a inspeccionar este hecho puede deleitarse con su belleza para admirar al hacedor: pero el que comprende, por así decirlo, lo lee , esto es: θαυμάζειν τὰ παρόντα, no se convierte en un espectador y admirador ocioso, sino en un discípulo dócil e inteligente. - PETAVIUS, Theologica Dogmata , t. III, De opificio VI dierum , p. 221.